Acá donde nada es más claro porque no existe lo oscuro, tan lejos de todo, tan cerca de ser irreal. Donde duermen los sueños que dejaste de soñar.
Aquí anclan palabras que me son difíciles de recortar, fáciles de sostener, abominantes de recordar. Palabras que se ahogan en los charcos secos que se llenan de lamento junto a gotas de llanto que se ausentan del alma.
Y se desgarra el cuerpo, la piel, el pelo se va y queda la nada, vacío de palabras dulces que arriesgaste decir, decir para enmudecer mas tarde, callar mañana, silenciar hasta morir. Y el cuerpo sigue muriendo, se caen los ojos, se desvanece la panza, se sueltan las piernas y cae todo sobre una almohada, donde se rompe el silencio por ruidos ajenos a la resistencia que demuestro. Pensar que es solo por tu miedo, el temor de vivir paraliza tus anhelos, empequeñece lo simple y vuelve delicado al acero mas espeso. Avasalla el corazón, suprime los días al solo dolor de quedar con vida.
Preferiría silencio eterno, no más palabras ni momentos de afecto, ni el efecto de los momentos compartidos. Me quedaría con el desvanecer sobre la almohada hasta olvidar en el llanto .El caminar sin pensarte, flotando liviana como si tu nombre no me hablara. Me inclinaría hacia todo esto e intento pero no puedo, me volví confidente del querer. Te.